Homilías
2 DE JULIO: DOMINGO 13 DEL TIEMPO ORDINARIO
UN VASO DE AGUA
Lo dice Jesús: “ el que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca a uno de estos pobrecitos, sólo porque es mi discÃpulo, no perderá su paga, os lo aseguroâ€. Nos viene a decir que el tema de hoy es “la acogidaâ€.
Ya en la primera lectura de hoy, una mujer acoge al profeta Eliseo: “Vamos a prepararle una habitación pequeña, cerrada, en el piso superior, le ponemos allí una cama, una mesa, una silla y un candil y así cuando venga a visitarnos se quedará allí”...
San Pablo nos anima también en su carta a los Romanos: “También nosotros andemos en una vida nueva”...
Y Jesús lo recalca de nuevo en el evangelio: “El que os recibe a vosotros me recibe a mí”...
Ese “vaso de agua” suaviza la dura exigencia de “seguir a Jesús cargando con la cruz”...diaria del trabajo, de la salud, de las incomprensiones mútuas, y lo hace con una nota simpática de humanismo. “Acoger” es también hacer suyo el mensaje del profeta, del mensaje que nos trae.
San Juan Crisóstomo dice en un sermón: “Estos son los sentimientos que se deben tener al recibir a un huésped: la complacencia, el gozo, la generosidad. El huésped es siempre tímido y vergonzoso. Si su anfitrión no lo recibe con gozo, se retira sintiéndose menospreciado, porque es peor ser recibido medianamente que no ser recibido...Abre tu casa, donde Cristo encuentre alojamiento. Dí: “Esta es la habitación de Cristo. Esta es la mansión que le está reservada”. Aunque sea muy sencilla, no la va a desdeñar”.
Y San Patricio, el apóstol de Irlanda, en su “Confesión” dice:
“Mirad que abandono mi vida al Dios fiel para que tenga valor para hablar de él como debo a pesar de mi bajeza; porque él no hace acepción de personas y me ha escogido para este servicio, a fin de que sea su servidor, uno de los más pequeños entre los suyos. ¡Que por voluntad de Dios no me suceda nunca perder al pueblo que él se adquirió hasta los extremos de la tierra! Pido a Dios que me dé la perseverancia y ser un testigo fiel gracias a mi Dios, hasta que me vaya. Si puedo realizar alguna obra buena para mi Dios, a quien amo, le pido me conceda porder derramar mi sangre entre estos extranjeros y cautivos, en honor de su nombre.”
Quiero terminar con una poesía de la poeta chilena y premio Nobel de Literatura que fue Gabriela Mistral (1889-1945) titulada:
PADRE, HAS DE OÍR
Padre: has de oír
este decir
que se me abre en los labios como flor.
Te llamaré
Padre, porque
la palabra me sabe a más amor.
Tuyo me sé,
pues me miré
en mi carne prendido tu fulgor.
Me has de ayudar
a caminar,
sin deshojar mi rosa de esplendor.
Por cuanto soy
gracias te doy:
por el puro milagro de vivir.
Y por el ver
la tarde arder,
por el encantamiento de existir.
Y para ir,
Padre, hacia ti,
dame tu mano suave y tu amistad.
Pues te diré:
solo no sé
ir rectamente hacia tu claridad.
Tras el vivir,
dame el dormir
con los que aquí anudaste a mi querer.
Dame, Señor,
hondo soñar.
¡Hogar dentro de ti nos has de hacer!
j.v.c.
29 DE DICIEMBRE: SAGRADA FAMILIA
MODELO DE LA FAMILIA DE NAZARET
Ofrecemos la homilÃa que años atrás nos envió nuestro amigo Juan Vicente Catret SJ (QEPD)