Homilías
26 de Junio DOMINGO 13 ANUAL
EXIGENCIAS DE LA VOCACIÓN
En la primera lectura, el profeta ElÃas llama a Eliseo como discÃpulo y éste le sigue después de despedirse de los suyos con un banquete.
En la segunda lectura, S. Pablo dice a los Gálatas y a nosotros, que nuestra vocación es la libertad, frente a la Ley, para seguir a Cristo.
Y en el evangelio, se nos dice que Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén.
Pero de camino, al pasar por una aldea samaritana, como los del pueblo no quisieron alojar a Jesús porque iba a la Jerusalén de sus enemigos judíos, Santiago y Juan, a quienes Jesús les puso el apodo de “Hijos del Trueno”, le pidieron enviar sobre la aldea “fuego del cielo” que la arrasara. Jesús les reprende, porque sus exigencias de vocación para seguirle no van por caminos de fuego y destrucción, sino por caminos de misericordia y perdón.
Pero se me dirá: “Si es así, ¿por qué luego Jesús se muestra tan severo en tres casos de vocaciones, de tres jóvenes que le quieren seguir, pero le piden antes, uno poder enterrar a su padre, otro despedirse de su familia y a otro le expone su camino de pobreza: “las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza”...¿Por qué se muestra Jesús tan exigente en estos tres casos?
Jesús ¿nos pide paciencia?, como en el caso de la aldea de Samaria a la que querían quemar Santiago y Juan; o ¿nos pide seguirle con urgencia?
Jesús da ejemplo de querer cumplir su misión de Redentor, yendo rápido hacia Jerusalén. Y en el caso de los tres candidatos a seguirle, Jesús no quiere apagarles su entusiasmo, sino que con los pies en tierra eviten las ilusiones. A uno le expone que hay que estar dispuestos a vivir en la inseguridad, como un caminante menos protegido que las zorras y los pájaros; a otro, le insinúa que rompa con el pasado: “deja a los muertos que entierren a sus muertos” no es frialdad en los funerales, sino dar la prioridad al seguimiento para la misión del Reino de Dios; y al tercero, que busca despedidas con convite quizás, le pide una decisión que no vacile ni se ablandezca en banquetes, “el que ha puesto la mano en el arado y mira atrás no es digno”...Total, Jesús lo que desea es encender el fuego del amor en el interior de los que le siguen, los que responden a las exigencias de la vocación. Nos lo comenta S. Agustín en una de sus Meditaciones:
“El peso de nuestra fragilidad hace que nos inclinemos del lado de las realidades de aquí abajo; el fuego de tu amor, Señor, nos eleva y nos lleva hacia las realidades de allá arriba. Subimos hasta ellas por el impulso de nuestro corazón, cantando los salmos de la subida. Quemamos con tu fuego, el fuego de tu bondad; es él el que nos transporta...
Que tu gracia, Señor, me conduza hasta el fondo de mi corazón para cantar allí tu amor, a ti, mi Rey y mi Dios”.
Una poesía del guipuzcoano Hermano Marista Patxi Loidi (nacido en 1929), CANSADO
Estoy cansado del camino.
Hemos recorrido desiertos
y subido montañas.
He tocado oasis
y he bebido de sus aguas.
Aguas frescas y sedantes
que me invitaban a fijar domicio junto a ellas.
Y Tú me decías: “¡A caminar! ¡A caminar!”
Déjame. Déjame en este arbolado
disfrutar de la sombra y de las aguas.
He traído lleno el zurrón
y quiero comer en paz la pobreza de mi saco
sobre esta hierba, bajo estos árboles,
junto a estas aguas.
Su murmullo me librará de la soledad.
Déjame. No me agarres de nuevo por el cuello
para llevarme a caminar sin caminos
rumbo a lo desconocido.
Que ya he andado mucho
y estoy cansado de seguirte
día a día por sendas no marcadas,
sin un hogar al que poder decir:
¡Mi refugio! ¡Mi descanso!
Déjame
y no me obligues a comenzar de nuevo
mañana la ruta.
j.v.c.
29 DE DICIEMBRE: SAGRADA FAMILIA
MODELO DE LA FAMILIA DE NAZARET
Ofrecemos la homilÃa que años atrás nos envió nuestro amigo Juan Vicente Catret SJ (QEPD)