Homilías
17 DE ABRIL: DOMINGO CUARTO DE PASCUA
JESÚS ES EL BUEN PASTOR
Este cuarto domingo de Pascua nos invita a pedir vocaciones de sacerdotes pastores “con olor de oveja†para toda la Iglesia.
Este cuarto domingo de Pascua nos invita a pedir vocaciones de sacerdotes pastores “con olor de oveja” para toda la Iglesia.
La imagen de Jesús “Buen Pastor” que lleva a la oveja perdida sobre sus hombros, era una fuente de esperanza y consuelo para los cristianos perseguidos durante los primeros siglos del Cristianismo, sobre todo en la época del Imperio Romano, que es cuando se encontró en las Catacumbas de Roma esa estatua tan conocida de Jesús Buen Pastor al estilo greco-romano.
El oficio de pastor se remonta a los tiempos del Antiguo Testamento: Abrahám, Jacob, Moisés, David...todos eran pastores. Es un oficio que requiere valentía y liderazgo.
Jesús se llamó a sí mismo pastor la última vez que visitó el Templo de Jerusalén, cuando se conmemoraba la “Dedicación” hecha 200 años antes por Judas Macabeo, que purificó y rededicó el Templo profanando por los helenistas idólotras. Y esas palabras de Jesús, recuerdan la crítica que hizo el profeta Ezequiel a los líderes o pastores del pueblo, que “se apacientan a sí mismos, no fortalecen a las ovejas débiles, no curan a las enfermas, no vendan sus heridas, no buscan a las perdidas”.
Jesús dice que “las ovejas obedecen su voz, yo las conozco y ellas me siguen”. Y “yo les doy la vida eterna”...
Alguien ha dicho que “hay que ver la voz de Jesús Buen Pastor”. Quiere decir que en el evangelio de San Juan, el “oír y escuchar” se enlazan con el “ver”. Porque se trata no sólo de escuchar las palabras de Jesús en el evangelio, sino también de verle a él en persona, es el “Verbo-Hijo de Dios encarnado”, que nos atrae, que visualiza al Padre. Esas miradas de Jesús, tiernas, compasivas, misericordiosas, llenas de amor. Como dice Jesús mismo al fin del evangelio de hoy: “Yo el Padre somos uno”.
Y Jesús, siendo el “Pastor” es al mismo tiempo “el Cordero” sacrificado para la Redención de todos. Lo dice en la segunda lectura el Apocalipsis:
“Yo, Juan, vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos”.
Son todos los mártires, los santos, nuestros hermanos y hermanas del Cielo.
El padre de la Iglesia, Basilio de Seleucia, en una homilía dijo:
“El Señor no se sonrojó por ser llamado pastor. Dios no se sonroja de pastorear a los hombres, igual que no se sonroja por haberlos creado.
Pero fijémonos ahora en nuestro Pastor, Cristo; contemplemos su amor por los hombres y su suavidad para conducirlos a las praderas. Se alegra de las ovejas que lo rodean igual que busca a las que se extravían. No son para él obstáculo alguno ni los montes ni los bosques; corre por cañadas oscuras hasta llegar al lugar donde se encuentra la oveja perdida. Le vemos en los abismos; da orden de salir de allí; es así como busca el amor de sus ovejas. El que ama a Cristo es el que sabe oír su voz”.
Concluyo con la poesía de Luis de Góngora (1561-1627) titulada:
OVEJA PERDIDA, VEN
Oveja perdida, ven
sobre mis hombros, que hoy
no sólo tu pastor soy
sino tu pasto también.
Por descubrite mejor
cuando balabas perdida,
dejé en un árbol la vida,
donde me subió el amor.
Si prenda quieres mayor,
mis obras hoy te la den.
Pasto, al fin, hoy tuyo hecho,
¿qué dará mayor asombro,
o el traerte yo en el hombro,
o el traerme tú en el pecho?
Prendas son de amor estrecho
que aun los más ciegos las ven.
j.v.c.
29 DE DICIEMBRE: SAGRADA FAMILIA
MODELO DE LA FAMILIA DE NAZARET
Ofrecemos la homilÃa que años atrás nos envió nuestro amigo Juan Vicente Catret SJ (QEPD)