Homilías
ALIANZA
Primer Domingo de Cuaresma – 18 de febrero 2024
Toda ALIANZA se produce entre personas o grupos de personas. Es lo que sucede entre Dios y nosotros, los seres humanos.
ALIANZA
Los textos bíblicos que nos ofrece la Liturgia están tomados del libro del Génesis, del salmo 24, de la Primera carta de San Pedro y del Evangelio de Marcos. Una palabra de la primera lectura me quedó resonando y de ella parte nuestra reflexión. La palabra es ALIANZA.
Observemos que la palabra ALIANZA puede recordarnos una RELACIÓN… pero no es lo mismo.
La relación puede ser química, física o biológica; por ejemplo, como el oxígeno se relaciona con el hidrógeno y resulta agua; o como la tierra gira en torno al sol; o como el árbol hunde sus raíces en la tierra. En estas relaciones no hay ni voluntad ni libertad ni conciencia. Simplemente siguen sus tropismos o las leyes de la Naturaleza.
Muy distinto sucede entre las personas: Cuando libre y conscientemente nos relacionamos con alguien, expresamos lo que pensamos, sentimos o deseamos y escuchamos con atención e interés lo que siente o piensa la otra persona, de alguna manera nos ponemos de acuerdo. Así estamos llegando a una ALIANZA, la que puede ser temporal o definitiva.
Toda ALIANZA se produce entre personas o grupos de personas. Es lo que sucede entre Dios y los seres humanos.
Es lo que observamos hoy en la relación de Dios con Noé. Dios desea purificar a la Humanidad y lo hace mediante las aguas del diluvio. Le expresa su plan a Noé y lo instruye en la confección del Arca. Después del diluvio, Noé le ofrece un sacrificio de acción de gracias y de esta manera se lleva a cabo la ALIANZA del Dios de la vida con la humanidad.
Más tarde lo observaremos en la relación de Dios con Abraham. En esta ALIANZA, Dios le promete que lo hará padre de una innumerable descendencia y le pedirá fidelidad. La respuesta de Abraham es de una Fe incondicional.
Una vez más, Dios se vale de Moisés para renovar la ALIANZA con su pueblo elegido: lo rescata de la esclavitud en Egipto, lo hace cruzar el Mar Rojo, le da los Mandamientos en el Monte Sinaí, lo purifica en el desierto y finalmente lo lleva a la Tierra Prometida. El pueblo se compromete a cumplir los mandamientos.
¿Qué ha pasado en la historia? Dios es fiel pero los hombres hemos fallado una y mil veces en nuestra fidelidad. No hemos sido capaces de mantener esa Alianza. En el salmo 24 reconocemos que los “senderos del Señor son amor y fidelidad” y le pedimos a Dios que nos guíe por el camino de la fidelidad.
Dios no quiere volver a castigar a la humanidad con otro diluvio. Por eso, resuelve buscar otro camino para rescatarnos: es Jesús, el verdadero Camino, Verdad y Vida. Es Jesús, la Sabiduría de Dios que se ha hecho carne en medio de nosotros. Él no viene a obligarnos. Él nos trae la Buena Noticia y sabiamente nos invita a CONVERTIRNOS, como lo leemos en el Evangelio de hoy.
CONVERTIRNOS: se trata de un acto consciente y libre: Yo quiero cambiar. Nosotros queremos cambiar. Yo quiero renovar mi ALIANZA con Dios. Nosotros queremos renovar nuestra ALIANZA con Dios. Queremos liberarnos de las falsas ataduras que nos tienen amarrados a tantos dioses falsos con los que el Mal Espíritu (Satanás) nos aleja del Dios del Amor: la Soberbia y afán de dominar a los demás, la Avaricia, las Pasiones y apetitos desordenados, la ira y las agresividades, la Envidia y la Pereza.
Al llamarnos a la CONVERSIÓN, Jesús nos invita a seguirlo. Al entregar su Vida al Padre por nosotros, como lo dice san Pedro en la segunda lectura, realiza una ALIANZA NUEVA Y ETERNA. Esta ALIANZA fue sellada con su Sangre, derramada en la Cruz. Jesús nos invita a unirnos a su Cruz, asumiendo nuestra cruz de cada día. Jesús nos invita a entregar nuestras vidas unidos a Él. Ciertamente, esto se lleva a cabo en la Celebración Eucarística pero no sólo allí, sino en todos los momentos de nuestro día en los que vamos renovando nuestra ALIANZA con Dios, ofreciéndonos por Cristo, con Él y en Él.
Nos preguntamos:
29 DE DICIEMBRE: SAGRADA FAMILIA
MODELO DE LA FAMILIA DE NAZARET
Ofrecemos la homilÃa que años atrás nos envió nuestro amigo Juan Vicente Catret SJ (QEPD)