Homilías
1 DE ENERO 2016: AÑO NUEVO
SOLEMNIDAD DE SANTA MARÃA, MADRE DE DIOS
Infunde paz y alegrÃa comenzar el Año Nuevo cobijados bajo el cálido manto de MarÃa la Madre de Jesús y nuestra Madre. Hoy pedimos por su intercesión, que Dios nos bendiga a todos, sin excluir a nadie por su sexo, edad, raza, religión y cultura, con esa preciosa bendición del libro de los Números:
Infunde paz y alegría comenzar el Año Nuevo cobijados bajo el cálido manto de María la Madre de Jesús y nuestra Madre.
Hoy pedimos por su intercesión, que Dios nos bendiga a todos, sin excluir a nadie por su sexo, edad, raza, religión y cultura, con esa preciosa bendición del libro de los Números:
“El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor; el Señor se fije en ti y te conceda la paz”.
Y es porque Dios nos ha hecho hijos suyos por adopción, gracias a una mujer: María, en la que se encarnó el Hijo de Dios, que es Jesús. Lo expresa con gran fe S. Pablo en su carta a los Gálatas:
“Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción. Como sois hijos, Dios envió a vuestros corazones al Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abba! (Padre). Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios”.
Sí, podemos ya llamar a Dios: “Abba” que es “papá” y a María: “Imma”, que es “mamá”...
Y María, a la que encontraron los pastores de la Navidad junto con José y acunando al Niño Jesús,, nos enseña para todo el año una cosa especial:
“María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”.
María nos enseña, primero “la acción de gracias por la vida”: por las gracias recibidas el año pasado y las que nos van a venir en el nuevo. Segundo, “una actitud de pedir perdón” por nuestras limitaciones y debilidades del año pasado, para entrar con humildad en el nuevo año.
Tercero, renovar “nuestro sentido de tener una misión” que cumplir mejor en este nuevo año que comenzamos hoy. Llevar al mundo más amor, paz, servicio, misericordia (en el Año que el Papa Francisco le ha dedicado), alegría. ¡Vivir con esperanza! En el Nuevo Año habrá acontecimientos que dependerán de nuestra voluntad. Enfrentémoslos con coraje, ganas de trabajarlos. Y habrá acontecimientos que ignoramos y que no dependerán de nuestra voluntad y esfuerzo. Enfrentémoslos con esperanza.
Quiero concluir con una poesía de Juan Ramón Jiménez (1881-1958) que da ánimos al despertar a este Nuevo Año. Y se titula:
AMANECERES
Brisas primaverales
embriagan mi estancia
de una áspera fragancia
de hojas verdes, con agua, de rosales.
Aún no da el sol en el papel, escrito
con mano firme y pura,
mientras el noble corazón contrito
trocaba, blando, su amargura
en dulzura...
¡Qué paz y qué ventura!
Amanece, riendo, en lo infinito.
La fronda, ya despierta
y plena de la tropa cristalina
que engarza el alba en un gorjear bendito,
dora su claridad, que aún sueña, oscura;
¡viva esperanza cierta
en que la duda, fúnebre, perdura,
se va a colgar de una expresión divina!...
Canta la codorniz, fresca, allá abajo...
Viene un gorrión a la ventana abierta...
Pienso en Dios...
Y trabajo.
j.v.c.
HIJO MUY QUERIDO
Reflexión a partir de las lecturas bÃblicas de la fiesta del Bautismo del Señor
Dios nos considera sus "hijos queridos". ¿Cómo podemos responder a tanto amor?