Homilías

¿BLANCOS O NEGROS?

¿Blancos o negros? ¿buenos o malos? ¿amigos o enemigos?

Existe entre nosotros una tendencia espontánea de clasificar en los extremos. Es el “extremismo†que no nos lleva a nada bueno en las relaciones humanas.

23 JULIO TEXTOS BÍBLICOS

Sabiduría 12,19:  “Colmaste a tus hijos de una feliz esperanza, porque, después del pecado, das lugar al arrepentimiento”

Salmo 85,16:  “Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarte, rico en amor y fidelidad”

Romanos 8,26:  “El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad… el Espíritu intercede”

Mateo 13,26-30:  “Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña… los peones replicaron ¿quieres que vayamos a arrancarla? No, les dijo el dueño porque al arrancar la cizaña corren el peligro de arrancar también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero”

HOMILIA

¿Blancos o negros?  ¿buenos o malos? ¿amigos o enemigos? 

 Siguiendo esta lógica, habría que eliminar a los que no son o no piensan como uno. Es la lógica del “todo o nada”.

Esto también puede suceder –y muchas veces sucede – cuando nos analizamos o examinamos a nosotros mismos: o nos validamos ciegamente, considerándonos perfectos e impolutos, o nos castigamos revolviéndonos en nuestras caídas o errores del pasado. Es el caso de los “soberbios” o los “desesperados”.

Ninguna de estas actitudes es sana ni está conforme con la mirada de Dios. Los textos bíblicos de hoy nos muestran claramente a un Dios justo pero paciente y misericordioso. El trigo es lo bueno; la cizaña o la maleza es lo malo. ¡Pero coexisten! Y Dios quiere que así sea, particularmente al referirse a nosotros, los seres humanos. L

Podemos pensar razonablemente que la cizaña no tiene la oportunidad de convertirse en trigo y que al final será arrojada al fuego. Pero nosotros, los humanos, sí, tenemos esa oportunidad. Dios quiere darnos todo el tiempo que sea necesario para convertirnos. “Dios es compasivo y bondadoso, lento para enojarse, rico en amor y fidelidad”, así lo hemos rezado en el salmo.

“El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad… el Espíritu intercede”, nos dice san Pablo. ¡Y es cierto! El Espíritu Santo entra e inunda nuestro ser y nos impulsa a salir de nuestro egoísmo autocomplaciente o autoflagelante. El Espíritu Santo nos impulsa a volcarnos en Jesús quien nos llena de esperanza porque después del pecado nos da la posibilidad de arrepentirnos.

Pero, nos viene la pregunta: ¿Siempre puede el Espíritu Santo entrar a nuestro corazón sin “invadirlo”? Es necesario que nosotros le abramos la puerta. ¿Cómo? ¡Deseándolo! “Ven, Espíritu Santo, enciende en nuestros corazones el fuego de tu amor; sana lo que está enfermo; endereza lo que está torcido; vuélcanos a Jesucristo.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Animados y reconfortados con la Palabra de Dios, nos dirigimos a Él con la confianza de hijos.

  1. Por nuestra Iglesia, encabezada por el papa Francisco, para que seamos abiertos a la diversidad de carismas y amemos y respetemos a los que piensan diferente, roguemos al Señor
  2. Por nuestro país, para que seamos capaces de entendernos, aportando nuestro trabajo y nuestras ideas, pensando en el Bien Común, roguemos al Señor.
  3. Por los que están preparando la nueva Constitución de Chile, para que la hagan fácil de entender y a todos nos estimule en un genuino amor a la Patria, roguemos al Señor.
  4. Por los que ejercen el poder, para que lo hagan con justicia y honradez, roguemos al Señor.
  5. Por los que sufren marginación, soledad o enfermedad, para que encuentren consuelo y apoyo, roguemos al Señor
  6. Por nuestros difuntos…, para que el Señor les conceda el descanso eterno, roguemos al Señor.

Sac. Atiende, Señor, las súplicas que te hemos dirigido desde el fondo de nuestros corazones.

 


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