Homilías
13 DE DICIEMBRE: DOMINGO 3º DE ADVIENTO
EL SERVICIO DE LA ALEGRÃA por Juan Vicente Catret S.J.
El tercer domingo de Adviento siempre ha sido llamado en latÃn: “Dominica Gaudeteâ€, o sea el “Domingo del alegraosâ€. Y es porque ya está cerca el DÃa de Navidad: el Nacimiento de Jesús nuestro Salvador.
En la primera lectura, el profeta Sofonías exclama: “Regocíjate, hija de Sión, grita de júbilo...alégrate y gózate de todo corazón...El Señor ha cancelado tu condena, ha expulsado a tus enemigos...El Señor tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva. Él se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta”.
S. Pablo en su carta a los Filipenses, lanza ese grito: “Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca. Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.
Y en el evangelio, la gente preguntaba a Juan Bautista: “Entonces ¿qué tenemos que hacer?”...
Juan Bautista pide compartir túnica el que tiene dos con otro que no tienen ninguna; no engañar pidiendo más dinero de lo establecido, les decía a los recaudadores de impuestos; a los soldados que se contentasen con su paga y no fueran violentos, etc. Y aviva la esperanza porque “yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego”...
Todas estas llamadas las podemos compendiar en ese “servicio de la alegría”. Una alegría con obras nacidas del amor que Jesús nos tiene a todos, porque una alegría sin esas obras de amor es como la carcajada de un corazón vacío.
Alegría que es la capacidad de dar gracias.
Alegría de dar lo que uno tiene y otro necesita.
Alegría de la amistad hasta dar la vida por el amigo.
Alegría de pasar haciendo el bien, como Jesús.
Alegría de estar libre de pecado, de pasiones y complejos.
Alegría de un corazón tan grande para quien no hay enemigos.
Alegría a pesar de tanta violencia, odio, pisar la libertad y el respeto al prójimo sea de la religión, raza, cultura, país que sea.
Alegría porque Jesús está ya cerca, nace en los corazones que le esperan.
Si el domingo 1 de Adviento era una llamada a “la esperanza”, y el domingo 2 de Adviento era una llamada a “la conversión”, este domingo 3 de Adviento es una llamada a “la alegría”, a sembrar alegría de entrega a Dios y al prójimo, a que crezca el árbol de nuestra alegría. ¡Y a mayor servicio a los demás, mayor alegría y felicidad!
Concluyo con la poesía de Benjamín González Buelta titulada:
ESPERARÉ A QUE CREZCA EL ÁRBOL
Esperaré a que crezca el árbol
y me dé sombra.
Pero abonaré la espera
con mis hojas secas.
Esperaré a que brote
el manantial
y me dé agua.
Pero despejaré mi cauce
de memorias enlodadas.
Esperaré a que apunte
la aurora
y me ilumine.
Pero sacudiré mi noche
de postraciones y sudarios.
Esperaré a que llegue
lo que no sé
y me sorprenda.
Pero vaciaré mi casa
de todo lo conquistado.
Y al abonar el árbol,
despejar el cauce,
sacudir la noche
y vaciar la casa,
la tierra y el lamento
se abrirán a la esperanza. BGV
HIJO MUY QUERIDO
Reflexión a partir de las lecturas bÃblicas de la fiesta del Bautismo del Señor
Dios nos considera sus "hijos queridos". ¿Cómo podemos responder a tanto amor?