Homilías
EL CAMINO DE LA CRUZ NO ES EL “SUFRIR†SINO EL DE “SERVIRâ€
HomilÃa del P. Juan Vicente Catret S.J. el 17 DE OCTUBRE, 2021: DOMINGO 29 DEL TIEMPO ORDINARIO
Este domingo nos presenta a los dos hijos de Zebedeo: Santiago y Juan, pidiendo a Jesús sentarse en su “Gloria†uno a la derecha y el otro a la izquierda.
Pero Jesús les responde: “No sabéis lo que pedís, ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?...Ellos, con una mentalidad terrena, pensando que Jesús era un Rey a lo David, contestaron: podemos”. Los otros discípulos se indignaron al oír esa petición de Santiago y Juan, porque también ellos pretendían lo mismo.
Entonces Jesús, les responde a todos: “el que quiera ser grande, sea vuestro servidor...porque el Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate para todos”. Con esta respuesta de Jesús, se cumple la profecía de la primera lectura de hoy: “Cuando entregue su vida como expiación, verá su descendencia...mi Siervo justificará a muchos, cargando con los crímenes de ellos”.
Y también lo que dice la segunda lectura: “No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado” ...
Esta mentalidad de Jesús es muy distinta a lo que decía el psicólogo alemán Adler (1870-1937) de que el hombre se define como una “pasión por el poder” (libido potentiae”), sino todo lo contrario: el hombre como lo define Jesús: es una “pasión por servir” (libido serviendi) a los demás en humildad, en la alegría de desaparecer y servir, abandonando cualquier contabilidad de recompensa, es una invitación al amor.
Santo Tomás de Aquino (1225-1274) en su Conferencia sobre el Credo, n.6 dice: el que quiera ser el más grande de entre vosotros será vuestro servidor
¿Qué necesidad había de que el Hijo de Dios padeciera por nosotros?
Una gran necesidad que se puede resumir en dos puntos: necesidad de remedio por lo que se refiere a nuestros pecados y necesidad de ejemplo para nuestra conducta. Porque la pasión de Cristo nos proporciona un modelo válido para nuestra vida. Si buscas un ejemplo de caridad: Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Si buscas la paciencia, es sobre la cruz donde la encontrarás en su plenitud. Cristo soportó enormes sufrimientos en la cruz y con gran paciencia, puesto que cuando lo insultaban, no devolvía el insulto; como una oveja llevada al matadero, ni tan solo abría la boca. Renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz, sin miedo a la ignominia.
Si buscas un ejemplo de humildad, mira al Crucificado. Porque Dios quiso ser juzgado bajo Poncio Pilato y morir. Si buscas un ejemplo de obediencia, no tienes más que seguir a aquel que se hizo obediente al Padre hasta la muerte.
Si buscas un ejemplo de menosprecio de los bienes terrenos, no tienes que hacer otra cosa que seguir al que es el Rey de reyes y Señor de los señores, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento; desnudo está en la cruz, hecho la burla de todos, cubierto de salivazos, golpeado, coronado de espinas, y por fin, lo contemplamos bebiendo hiel y vinagre”.
Termino con un poema de San Francisco de Asís (1181-1182) titulado:
UN INSTRUMENTO DE PAZ
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz.
Donde haya odio, que yo ponga amor.
Donde haya ofensas, que yo ponga perdón.
Donde haya discordia, que yo ponga unión.
Donde haya error, que yo ponga verdad.
Donde haya duda, que yo ponga fe.
Donde haya desesperación, que yo ponga esperanza.
Donde haya tinieblas, que yo ponga luz.
Donde haya tristeza, que yo ponga alegría.