Homilías

11 DE OCTUBRE: DOMINGO 28 DURANTE EL AÑO

EL SENTIDO DE LA VIDA, por Juan Vicente Catret S.J.

Todas las personas van buscando “un sentido de su vidaâ€, una sabiduría que les llene de gozo. Ya lo dice el libro de la Sabiduría en la primera lectura de hoy: “Supliqué y se me concedió la prudencia, invoqué y vino a mí un espíritu de sabiduría. La preferí a los cetros y a los tronos, y en su comparación tuve en nada la riquezaâ€...

   Todas las personas van buscando “un sentido de su vida”, una sabiduría que les llene de gozo. Ya lo dice el libro de la Sabiduría en la primera lectura de hoy: “Supliqué y se me concedió la prudencia, invoqué y vino a mí un espíritu de sabiduría. La preferí a los cetros y a los tronos, y en su comparación tuve en nada la riqueza”...

  Hoy vamos a pedir ese sentido de la vida, a la Palabra de Dios, a la Palabra de Jesucristo, pues como nos dice la segunda lectura de la Carta a los Hebreos: “La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu”...

  Y en el evangelio, nos encontramos con “el joven rico” que busca el sentido de su vida todavía, porque sus riquezas no le han llenado, y pregunta a Jesús: “Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?”...

  Jesús “se le quedó mirando con cariño y le dijo: Una cosa te falta, anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres...y luego sígueme”. “A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico”...

  A este joven rico de cosas, le faltaba “la pérdida”. Como dice Adriana Zarri: “es necesaria la muerte cotidiana del ayuno, del desprendimiento, de la pobreza, para consentir en la resurrección de las cosas”.

  Las riquezas, los dones son tan sólo “provisionales” cuando nuestro corazón está pegado a ellos. Pero si aceptamos renunciar a ellos, si nos purificamos con desprendimiento y ofrenda a otros en libertad y amor, entonces se nos vuelven a dar como “definitivos” y anticipo del cielo.

  Se me dirá que esto es muy difícil de entender y practicar. Sí, es cierto. Pero ese desprendimiento es “un acto de adoración” a Dios, ante quien todo lo terreno se desploma, nos interroga sobre lo que tenemos y lo que nos falta... Nos falta alabar a Dios en todo, vivir con el sentimiento de “gratuidad” y el compartir los bienes recibidos con los más desfavorecidos, los refugiados...

 Es una llamada radical de Jesús al joven capitalista que buscaba comprar la perfección y el billete de entrada para la vida eterna del cielo. Un sentido de la vida basado en el amor. Y como dijo el Dr. Frankl, superviviente en el campo de Auschiwtz, “cuando hay un por qué vivir, se soporta cualquier cómo”...Y “la salvación está en el amor y a través del amor. Comprendí cómo el hombre, desposeído de todo en este mundo, todavía puede conocer la felicidad – aunque sólo sea momentáneamente – si contempla al ser querido”. A Frankl le sostenía pensar en la imagen de su querida mujer. Al joven rico le pudo sostener la mirada amorosa de Jesús y acompañarle, pero no supo aprender un “sentido de la vida” basado en el amor y en un desprendimiento como “acto de adoración y amor”. ¿Y nosotros? Termino con la oportuna poesía de Miguel de Cervantes (1547-1616):

   OVILLEJOS

¿Quién menoscaba mis bienes?   ¡Desdenes!

¿Y quién aumenta mis duelos?   ¡Los celos!

¿Y quién prueba mi paciencia?   ¡Ausencia!

De este modo en mi dolencia  ningún remedio me alcanza,

pues me matan la esperanza, desdenes, celos y ausencia.

  ¿Quén me causa este dolor?   ¡Amor!

¿Y quién mi gloria repugna?   ¡Fortuna!

¿Y quién consiente mi duelo?  ¡El cielo!

De este modo yo recelo morir deste mal extraño,

pues se aúnan en mi daño amor, fortuna y el cielo.

  ¿Quién mejorará mi suerte?   ¡La muerte!

Y el bien de amor, ¿quién le alcanza? ¡Mudanza!

Y sus males, ¿quién los cura?    ¡Locura!

De este modo no es cordura querer curar la pasión,

cuando los remedios son muerte, mudanza y locura.                        j.v.c. 


Música

HIJO MUY QUERIDO

Reflexión a partir de las lecturas bíblicas de la fiesta del Bautismo del Señor

Dios nos considera sus "hijos queridos". ¿Cómo podemos responder a tanto amor?