Homilías
21 DE JULIO: DOMINGO 16 DEL TIEMPO ORDINARIO
CONTEMPLATIVOS EN LA ACCIÓN
El Evangelio de hoy nos presenta a Marta y MarÃa, que encarnan “la acción†la primera Marta y “la contemplación†la segunda MarÃa. De ahà viene ese tÃtulo que he puesto a la homilÃa de “Contemplativos en la acciónâ€. Es esta una frase de San Ignacio de Loyola que nos querÃa a todos asÃ: contemplativos en la acción. Unidos siempre a Jesús en el trabajo diario. Unir a Marta y MarÃa, como si fueran una sola persona dentro de nosotros. Trabajar como Marta , pero con el corazón oyente de MarÃa. Marta toma la postura del “dar†y MarÃa la postura del “recibirâ€. Marta se coloca en el plano del “actuar†y MarÃa en el plano del “serâ€. Marta acoge a Jesús en su casa, y MarÃa lo acoge “dentro†de su corazón. Marta ofrece cosas y MarÃa se ofrece a sà misma.
A pesar de la aparente reprimenda de Jesús a Marta, la verdad es que “Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio” porque amaba al Señor. Su actitud es la de las madres que se vuelcan en sus atenciones, cuando vuelve a casa el hijo ausente por mucho tiempo. Jesús no rechaza esta muestra de sincero amor, que es imitable por todos nosotros.
Pero, junto a ese servicio directo y personal a Jesús, debemos servir a los miembros de su cuerpo social, pues sabemos que es lo que Él quiere.
La actitud de María también es digna de admiración. Porque ella no sólo oye, sino que escucha a Jesús, presta atención a lo que Él dice.
Nos llama la atención la postura de Abraham, tal como aparece en la primera lectura de hoy. Abraham se parece a Marta en su acogida y hospitalidad a los tres misteriosos personajes que se le presentan ante su tienda. Abraham recibe la bendición de un hijo, mientras que Marta recibe la repulsa de Jesús. ¿Por qué? Proque Abraham también muestra la actitud de María, o sea el escuchar sentado a los pies de los tres personajes, que son ángeles de Dios. Y a propósito de “ángeles”, hay una historieta graciosa que viene a cuento de hoy. Cuando Dios creó todo el universo, estaban junto a Él “cinco ágeles”. El primero pregunta: “¿qué estás haciendo?” (es el ángel de los investigadores). El segundo dice: “¿por qué haces esto?” (es el ángel de los filósofos). El tercero pregunta: “¿puedo ayudarte en algo?” (es el ángel de los servidores). El cuarto dice: “¡qué extraordinario! ¿Cuánto vale todo esto?” (es el ángel de los empresarios). Y el quinto ángel estaba junto a Dios mirando y aplaudiendo con entusiasmo. Este es el ángel de los contemplativos, como María de Betania. Necesitamos esta actitud de admiración contemplativa, para luego poder actuar con sabiduría y eficacia. Jesús era contemplativo en la acción.
Termino con una poesía del santanderino poeta Gerardo Diego (1896-1987) titulada:
MARTA Y MARÍA
Marta tenía razón,
y la tenía María.
María, la mejor parte,
y la menos buena – prisa,
humillación, tempestades
de alma que duda y trajina –;
la menos buena, sí, Marta,
pero su parte tenía.
El corazón no se parte
como la mente o la vista,
como la rueda de oficios
en el pozo o la cocina.
El corazón se da entero.
Entero lo da María.
Entero lo dará Marta,
pero en su afán distraída
tardará un poco en la entrega,
ella, la puntual, limpísima.
Activa en la tierra Marta,
María contemplativa
en unos ojos que el cielo
nos remueven cuando miras.
j.v.c.
29 DE DICIEMBRE: SAGRADA FAMILIA
MODELO DE LA FAMILIA DE NAZARET
Ofrecemos la homilÃa que años atrás nos envió nuestro amigo Juan Vicente Catret SJ (QEPD)