Homilías

6 DE SEPTIEMBRE: DOMINGO 23 DURANTE EL AÑO

“PRIMERO ESCUCHAR, SEGUNDO HABLAR†por Juan Vicente Catret S.J.

Este domingo nos presenta el milagro de Jesús: curando al “sordomudoâ€, con esa palabra: “Effetá†(“ábreteâ€) y luego tocando la lengua del enfermo con saliva, lo cual es un gesto como de nueva creación, que recuerda el texto simbólico del Génesis en que Dios moldeó a Adán con arcilla húmeda...

  Este domingo nos presenta el milagro de Jesús: curando al “sordomudo”, con esa palabra: “Effetá” (“ábrete”) y luego tocando la lengua del enfermo con saliva, lo cual es un gesto como de nueva creación, que recuerda el texto simbólico del Génesis en que Dios moldeó a Adán con arcilla húmeda...

  Jesús cumple la profecía de Isaías que leemos en la primera lectura: “los oídos del sordo se abrirán”...”la lengua del mudo cantará”...

  Y podemos exclamar con los que vieron el milagro de Jesús: “Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos”. ¡Belleza de Jesús que salva al mundo!

  A mí, este orden de hacer las cosas, es decir del milagro de Jesús: primero hacer oír y segundo hacer hablar, me gusta mucho pues me recuerda lo que en Japón se llama “la cultura de la pausa”. ¿Y en qué consiste eso?

  Pues que en nuestras relaciones humanas diarias, en el diálogo con lo otros, primero tenemos que “escuchar” lo que el otro dice, las opiniones del prójimo, sin cortarle en medio de su exposición, respetar sus palabras, cosa que muchas veces no se hace, asaltando al prójimo, sea en la familia o en la sociedad, en el trabajo o en las charlas sobre lo que sea, imponiendo nuestro propio parecer, incluso con gritos a veces. No, hay que salir de sí mismo, de ese egoísmo innato, y ESCUCHAR. Y después de hacer esa PAUSA, ahora sí hablar con paciencia, claridad, dulzura, despacito diríamos, sin pretender nada más que el que la verdad se realice, en el diálogo respetuoso entre ambas partes. Esto es más fácil para los orientales que para los occidentales, creo yo por experiencia propia. Es ante todo una gracia a pedir hoy a Jesús.

  Y Jesús, que es un oriental nacido en Belén de Judá, educado en Nazaret por los respetuosos del prójimo que son María y José, hoy nos enseña todo esto, primero curando el oído del “sordo” para que se abra a escuchar las voces de los demás, de los pajaritos y de toda la Naturaleza. Y después a ese mismo hombre que es también “mudo”, le concede el don de poder hablar, la palabra que debe ser cálida y agradecida, laudatoria del Creador y Salvador Jesús. Me estoy acordando de aquel proverbio árabe:

  “Si hablas, que tus palabras valgan más que tu silencio”...

  Así es, silencio anterior y primordial para escuchar...y después hablar si es que es justo y oportuno, si vale la pena...Profundo equilibrio entre “oír y hablar”.

  En medio está la pausa, “la cultura de la pausa”.

  Pidamos hoy a Jesús que nos pronuncie encima ese “Effetá”: “ábrete”... a la escucha, a la comprensión profunda de todas las personas y sus dificultades, sean niños, jóvenes o adultos mayores, y luego sepamos derramar palabras como miel, dulces, sabrosas, que conduzcan a la Palabra viva de Jesús en el Evangelio.

  Es así que siguiendo a lo que nos dice Santiago en su carta que leemos hoy: no haremos segregación entre ricos y pobres, atendiendo a todos nuestros prójimos por igual.

  Concluyo con el soneto de Bartolomé Llorens titulado:

 

  PRESENCIA DEL SEÑOR

  Siento la voz divina de tu boca,

acariciar mi oído tiernamente,

tu aliento embriagarme, y en mi frente

la mano que ilumina cuanto toca.

  Mi antiguo corazón de amarga roca

ha brotado divina, oculta fuente,

y una armonía dulce y sorprendente

a su celeste amor fiel me convoca.

  La soledad, la noche en que vivía,

el hondo desamparo y desconsuelo,

la triste esclavitud que me perdía,

  son ahora presencia, luz sin velo,

son amor, son verdad, son alegría,

¡son libertad en Tí. Señor, son cielo!

 

  j.v.c.


Música

HIJO MUY QUERIDO

Reflexión a partir de las lecturas bíblicas de la fiesta del Bautismo del Señor

Dios nos considera sus "hijos queridos". ¿Cómo podemos responder a tanto amor?