Homilías
13 DE AGOSTO: DOMINGO 19 DEL TIEMPO ORDINARIO
DEL MIEDO A LA CONFIANZA desde Tokyo por Juan Vicente Catret S.J.
Este domingo nos invita a pasar del “miedo†a la confianza total en Dios, en Jesús su Hijo encarnado, que está con nosotros hasta el fin de los tiempos.
En la primera lectura, nos encontramos al profeta Elías, que huye por la amenaza de muerte que le hizo la reina pagana de Israel, va al Monte Horeb, en la sierra del Sinaí, y aquí se recalca que la presencia salvadora de Dios, no está ni en el fuerte viento, ni en el terremoto, ni en el fuego, sino en la suavidad del susurro. Ahí es donde Elías oye a Dios que le reconforta...
Y en el evangelio, cuando los apóstoles tienen miedo al ver que Jesús camina sobre el mar como un fantasma y va hacia su barca, y cuando Pedro le dice que si es él, el Maestro, Jesús le dice: “ven” y Pedro saltando de la barca al mar de Galilea camina hacia Jesús sobre las aguas, pero le entra miedo y empieza a hundirse...Es entonces cuando Pedro exclama: “¡Señor, sálvame!”.
Jesús le toma de la mano y los dos suben luego a la barca...Cesa el viento y el mar se calma.
Todos los apóstoles pasan del “miedo” a la “confianza” en Jesús, al que reconocen como al Hijo de Dios.
Jesús les recrimina su poca fe...¿Y nosotros? En estos tiempos de amenazas, de terrorismo, de desunión, de injusticias de todas clases, ¿tenemos fe y confianza de estar con Jesús, pase lo que pase?
El Señor es paz, silencio, intimidad, presencia serenante, levedad...¿Y cuál es el secreto de esa ingravidez de Jesús? Es la oración. Jesús ha estado solo en la montaña antes de bajar al lago y echarse a andar hacia la barca de sus discípulos. Nosotros necesitamos también “la oración”, como derrota del miedo, liberación de todo lo que nos pesa, que nos arrastra hacia abajo, las preocupaciones...Oración de Jesús es estar junto al Padre, y luego también estar con sus discípulos, con nosotros...Para nosotros, la oración es estar con Jesús...y así también con Dios Padre.
El beato Cardenal John Henry Newman tiene un texto muy apropiado, casi una poesía, que él llama:
GUÍAME, SUAVE LUZ
“Guíame, suave Luz,
en la oscuridad que me rodea.
¡Guíame!
La noche es oscura y estoy lejos de casa.
“Guíame!
Vela sobre mis pasos,
no pido ver el horizonte;
me basta con dar un paso.
No siempre ha sido así;
no siempre te he pedido que me guíes.
Me gustaba elegir y ver mi camino,
¡pero ahora guíame!
Me gustaba el resplandor del día y,
a pesar de mis miedos,
me dominaba el orgullo;
no te acuerdes de los años pasados.
Hasta ahora tu poder me ha bendecido;
seguro que me seguirá guiando
por llanuras y pantanos, rocas y torrentes,
hasta que acabe la noche y,
con la mañana, me sonrían esos rostros de ángeles
que siempre he amado
y que por un tiempo perdí”.
j.v.c.
29 DE DICIEMBRE: SAGRADA FAMILIA
MODELO DE LA FAMILIA DE NAZARET
Ofrecemos la homilÃa que años atrás nos envió nuestro amigo Juan Vicente Catret SJ (QEPD)