Homilías

COMPROMISO VINCULANTE: FIDELIDAD

25 de agosto de 2024 - Domingo 21° del Año Litúrgico

¡Con qué palabras raras estamos empezando! ¡A quién se le ocurre comprometerse hoy! ¿De dónde viene eso de “vinculante� ¿Acaso “Vínculo†no significa “Cadena� ¿Y quién va a querer “encadenarse�

COMPROMISO VINCULANTE: FIDELIDAD

¿Nos hemos dado cuenta que algunas “cadenas” nos tienen amarrados? ¿Alguna vez hemos querido “romper esas cadenas” que nos amarran y nos quitan la libertad? Tal vez alguna vez lo hemos deseado, pero sin tomarle el peso que cuánto estábamos esclavizados.

Fue necesario que alguien nos abriera los ojos: alguien en quien pudiéramos confiar; alguien que fuera capaz de liberarnos y que nos diera seguridad.

Eso es lo que pasó con el pueblo judío cuando estaban esclavizados en Egipto y Dios en persona se compadeció de ellos e hizo surgir un líder que les diera confianza y los llevara a una “Tierra Prometida”.

El proceso de liberación del pueblo judío duró cuarenta años de caminar por el desierto del Sinaí. Para conducirlos a su destino, Dios eligió a Moisés y después de su muerte, a Josué. Dios hizo un PACTO, una ALIANZA o COMPROMISO VINCULANTE con este pueblo en el Monte Sinaí, y se comprometió a darles una Tierra propia. Esta ALIANZA quedó escrita en los 10 Mandamientos. Moisés se los comunicó y ellos se comprometieron a cumplirlos.

DIOS ES FIEL y cumplió su promesa.

Liderados por Josué, ya que Moisés había muerto, llegaron a la Tierra Prometida. Aquí viene el episodio que leímos en la Primera Lectura de este domingo. Josué le pregunta al pueblo si ratifican el COMPROMISO con el Dios que los había salvado o si prefieren adorar a los ídolos de los pueblos vecinos. El pueblo judío se comprometió a conservar el VÍNCULO con Dios.

El pueblo israelita, sin embargo,  no siempre fue fiel a su compromiso con Dios y muchas veces se desvinculó, traicionando al Señor, como lo hemos visto en los trozos bíblicos de los domingos anteriores.

DIOS, sin embargo, fue FIEL: mantuvo su COMPROMISO, y siguió educando a este pueblo rebelde, corrigiéndolo con paciencia a través de los profetas y preparándolo para una NUEVA ALIANZA que iba a sellar haciéndose Hombre en la persona de Jesucristo, su Hijo. De este modo, un VÍNCULO indestructible entre la Humanidad y la Divinidad se convirtió en realidad.

Veamos ahora el trozo del Evangelio que se ha leído hoy, continuando los episodios de los domingos anteriores. La Sabiduría de Dios, Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, con sus milagros y enseñanzas, ha querido mostrar claramente a qué venía:

Jesucristo viene a liberarnos del mal y del pecado; a romper las cadenas del mal que atenazan a toda la humanidad; a establecer una ALIANZA nueva y eterna con todos los que estamos dispuestos a acogerlo y VINCULARNOS  con Él para siempre. ¿Cómo lo hace?

Jesús, su Cuerpo clavado en la Cruz, su Sangre derramada, su Muerte y Resurrección, son la garantía que el COMPROMISO de Dios es definitivo, no sólo con sus apóstoles y discípulos sino con todas las generaciones, incluyéndonos a nosotros. Sin embargo…  

Entre los que escuchaban a Jesús, hubo personas que dudaron de Él, dejaron de creerle, se desvincularon y lo abandonaron. Fue entonces cuando les preguntó a sus apóstoles si ellos también querían irse. Recordemos la respuesta de Pedro: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios”.

Pedro ha tomado la responsabilidad de representar a los otros discípulos, incluyéndonos a nosotros. Sí. Nosotros estamos invitados a sumarnos a las palabras de Pedro. De esta manera hoy nos COMPROMETEMOS y nos VINCULAMOS con Jesús y con toda la comunidad de la Iglesia, que es, hasta el fin de los tiempos, el Cuerpo de Cristo, vivo aquí en la tierra.

Parafraseando las palabras de Pedro, hoy le diríamos a Jesús: “Tú eres nuestro Jefe, Tú nos liberaste. Te creemos y queremos estar estrechamente unidos contigo. Nos COMPROMETEMOS a ser FIELES y cuidar este VÍNCULO de amor. 

Jesús ha sido FIEL con su Iglesia, santa y pecadora… con nosotros. Y nosotros, ¿Cómo ha sido nuestra FIDELIDAD con Él?

En la segunda lectura bíblica de este domingo, vemos cómo aplicar los VÍNCULOS, los COMPROMISOS y nuestra FIDELIDAD en la vida familiar y en la vida comunitaria. Hay una palabra que nos llama la atención: “Sométanse”. No se trata de una autoridad de mando sino de servicio y de amor. Se aplica en la vida doméstica y en la vida de la Iglesia. La entendemos como “pongámonos a la disposición”.

¿Cómo se aplica en el hogar? El marido se pone “a la disposición” de la mujer y ella, “a la disposición” de él. Ambos tratan de ponerse de acuerdo, sabiendo que unas veces él tendrá que ceder y otras veces, será ella. Así el AMOR y la FIDELIDAD se conservarán hasta el final.

Con mucha mayor razón, se aplica entre Cristo y la Iglesia, tanto en el SERVICIO como en el AMOR. Cristo sostiene a la Iglesia con su Palabra y sus Sacramentos. La Iglesia escucha e irradia su Palabra, sigue sus consejos e imita sus ejemplos.

Y ahora nos preguntamos:

  1. ¿Con qué seriedad tomamos nuestros compromisos?
  2. ¿Estamos dispuestos a comprometer nuestras vidas en vínculos estables, como el sacramento del matrimonio o la consagración religiosa?
  3. ¿Hemos sabido reconocer con humildad cuando hemos fallado en nuestros compromisos?
  4. ¿Hemos vuelto a poner nuestra confianza en Jesús, nuestro amigo FIEL?

Y terminamos rezando:

“Señor Jesucristo, hazme fiel: delicado para escucharte, sincero para responderte, decidido para seguirte; Señor, Jesucristo, hazme fiel. Haz que todas mis palabras y que todas mis acciones sean sólo para más amarte. Señor, Jesucristo, hazme fiel”.

JJV

 

 


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