Homilías
MIRADA QUE TRASPASA
Domingo 4º de Cuaresma - 10 de marzo 2024
“Por la cruz, a la luz†LA FE ES LA MIRADA QUE TRASPASA
MIRADA QUE TRASPASA
Cuarto Domingo de Cuaresma - 10 de marzo de 2024
Antiguo Testamento: 2 Crónicas 36 (En el destierro). Responsorial: Salmo 136 (Añoranza de la patria). Nuevo Testamento: Efesios 2, 4-10 (Mirar a Cristo) Evangelio: Juan 3,14-21 (apunta hacia arriba)
“Por la cruz, a la luz”
UNA MIRADA QUE TRASPASA
¿Quién es el que mira?
¿Hacia dónde quiere dirigir la mirada?
¿Qué se le interpone para alcanzar su objetivo?
Todos los textos bíblicos de este domingo nos hablan de grandes deseos, de los obstáculos para alcanzarlos y de la esperanza de obtenerlos.
Empecemos con el Libro de las Crónicas, en el que se nos presenta un pueblo de Israel, sufriente en el destierro. Reconocen con dolor que fueron arrancados por la fuerza de su tierra y que esto ha sido un castigo por haberse alejado de Dios. Reconocen, también, que la intervención de un extranjero, Ciro, Rey de Persia, les abre la posibilidad de cumplir sus deseos, de regresar a su patria y volver a encontrarse con Dios en su Templo de Jerusalén.
Seguimos con el mismo tema en el Salmo Responsorial. Es el lamento y la añoranza de los israelitas que han sido llevados en cautiverio a Babilonia y sueñan con regresar a su patria. Desean volver a su Templo de Jerusalén, a reencontrarse con su Dios, de quien se sienten abandonados.
En ambos trozos del Antiguo Testamento vemos una angustia, un deseo y una esperanza: angustia por estar desterrados; deseo de volver a su tierra; esperanza de ser perdonados y reencontrarse con Dios.
En el Evangelio de San Juan, vemos que es el propio Jesús quien está indicando hacia dónde dirigir la mirada y qué vamos a encontrar: Hay que levantar la mirada y dirigir la vista hacia Él. ¡Ojo!: hacia Cristo que fue levantado en alto, crucificado, muerto y resucitado. Es a través de Él, por Cristo, con Él y en Él que alcanzaremos la Salvación, la Vida Eterna.
Miramos a Jesús Crucificado y Él nos descorre la cortina. Podríamos decirlo en otras palabras: “POR LA CRUZ, A LA LUZ”. La LUZ es la Vida Eterna, la felicidad eterna, el encuentro definitivo con Dios. Éste es el regalo que Dios nos tenía preparado desde antes que nosotros existiéramos. Dios quería que lo descubriéramos y por eso le encargó a su Hijo que nos descorriera el velo.
Los episodios del Antiguo Testamento son una sombra de la Verdad que Cristo nos vino a traer. Nosotros ya lo tenemos más claro: “Por la Cruz a la Luz”.
En nuestra vida diaria se nos presentan muy diversos problemas que nos traen múltiples dificultades: problemas de relaciones humanas, problemas de trabajo, problemas de salud. Un curioso ejemplo de “problemas de salud” aconteció al pueblo de Israel cuando iban peregrinando por el desierto del Sinaí: una plaga de serpientes que los mordían y enfermaban. ¿Qué hizo Moisés, aconsejado por Dios? Clavar unas culebras en un palo alto. Los que levantaban la vista y observaban el reptil ensartado, quedaban sanados. Esta figura ha quedado hasta nuestros tiempos como emblema de la medicina. Lo interesante es que el enfermo tenía que “mirar hacia arriba”. Su vista tropezaba con la figura ensartada pero la ATRAVESABA y seguía hacia el Cielo, de donde le llegaba la curación.
Este ejemplo lo puso el propio Jesús, refiriéndose a Él mismo: Cuando el creyente levanta la vista para mirar a Cristo crucificado, muerto y resucitado, su MIRADA TRASPASA y se encuentra con el Dios misericordioso que lo colma de paz y felicidad
LA FE ES LA MIRADA QUE TRASPASA. Traspasa los distintos problemas y crisis que podamos sufrir y nos lleva al encuentro del Dios vivo.
Preguntas para reflexionar:
29 DE DICIEMBRE: SAGRADA FAMILIA
MODELO DE LA FAMILIA DE NAZARET
Ofrecemos la homilÃa que años atrás nos envió nuestro amigo Juan Vicente Catret SJ (QEPD)