Homilías
EL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO
DOMINGO 12 DE JUNIO: CORPUS CHRISTI
La presencia de Jesús en su tiempo, su palabra, todo su ser divino y humano fue para sus contemporáneos un verdadero alimento espiritual que los confortaba, animaba y alegraba en su vida diaria. Por eso lo seguÃan, lo rodeaban y lo escuchaban con verdadero gozo. Jesús era para ellos un verdadero “pan de vidaâ€, alimento espiritual.
CORPUS CHRISTI: LA EUCARISTÍA
Esto que los discípulos de Jesús intuían y sentían, Él se los confirmó en su célebre discurso de Cafarnaúm, cuando les dijo: “Yo soy el verdadero Pan de Vida. El que me come, Yo viviré en él y él vivirá en Mí. Y Yo le resucitaré en el último día”. Estas palabras misteriosas, algunos las acogieron llenos de fe (aunque no las entendieran). Otros, se escandalizaron, no las creyeron y se alejaron.
En la Última Cena, Jesús comienza a abrirles los ojos a sus Apóstoles, cuando, al partir el pan les dice “Tomen y coman todos de él, porque éste es mi Cuerpo que será entregado por ustedes”. Y luego en el cáliz con vino dirá “Esta es mi Sangre que será derramada”. “¿Será éste el Pan de Vida que nos prometió en Cafarnaúm?”, se habrán preguntado. Pero igual no podrían entender las palabras de “será entregado”.
En el momento de la crucifixión, ahí ven que Jesús es entregado y su sangre es derramada. Para nosotros, desde la distancia, aunque no estuvimos presentes ni en Cafarnaúm ni en la Última Cena, se nos hace más fácil ver la relación entre el “Pan de Vida”, el “Pan de la Cena” y el “Cuerpo de Cristo crucificado”. Ésta es la Eucaristía.
La Eucaristía es un Sacramento admirable, porque mientras más profundizamos en él, más tesoros descubrimos en su interior. La Eucaristía es un Sacrificio, una Cena o Comida, una Oración y un Alimento; signo eficaz de la unión de los hombres con Dios y de los hombres entre sí. A la celebración de la Eucaristía se le llama con el nombre corto de MISA (envío), porque al salir, somos “enviados” a llevar a Cristo a nuestro mundo.
La EUCARISTÍA es una FIESTA
Toda fiesta tiene un celebrado o dueño de la fiesta, un dueño de casa que invita, un grupo de invitados que llegarán con algún “regalito”, un lugar donde se va a hacer la celebración, algo de comer para compartir y un motivo por el que se está celebrando. Para que la fiesta resulte bien hay que prepararla. Los invitados no acuden de cualquier manera; se “arreglan” adecuadamente. El lugar donde se va a celebrar, también se “arregla”, procurando no omitir detalles.
En la Misa, el celebrado es Jesucristo, el dueño de casa que invita es Dios. Los invitados somos todos los cristianos. El regalo que llevamos es el trabajo y el amor de nuestras vidas, representados por el pan y el vino. El lugar habitual de la celebración será un templo o capilla (en algunos casos, la Naturaleza será un “templo”). El alimento que se comparte en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. El motivo de la fiesta es la Muerte y Resurrección de Jesucristo.
La preparación de esta fiesta, implica que los invitados se dispongan anímicamente para ir con ganas a celebrar y vean qué van a llevar de regalo (representado por las hostias y el vino).
Preparemos nuestro corazón para vivir intensamente en la Fe este misterio del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Celebrémoslo con amor, alegría y adoración.
29 DE DICIEMBRE: SAGRADA FAMILIA
MODELO DE LA FAMILIA DE NAZARET
Ofrecemos la homilÃa que años atrás nos envió nuestro amigo Juan Vicente Catret SJ (QEPD)