Homilías

PRESENTACIÓN DEL SEÑOR 2020.02.02

TODOS SE OFRECEN, desde Tokyo por el Padre Juan Vicente Catret S.J.

El Evangelio de esta fiesta nos presenta a María y a José presentando o lo que es lo mismo ofreciendo a Jesús a Dios en el Templo. El niño Jesús se ofrece a sí mismo, María y José se ofrecen también. Y nosotros ¿nos ofrecemos a Dios a diario con nuestras oraciones y acciones, como cristianos que siguen a Jesús y aprenden de María y José?

  También nos presenta el evangelio a Simeón, que es un modelo de “la juventud de corazón”, porque el “corazón viejo” es el que mira solo al pasado, mientras que el “corazón joven” mira hacia el futuro. Simeón miraba y esperaba hacia el futuro, porque recibió del Espíritu Santo un oráculo de que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor.

  Hoy popularmente llamamos a esta fiesta “la Candelaria”, porque en muchas iglesias se da los fieles un pequeño cirio rojo como para acompañar en pequeña procesión a María y José en la ofrenda o presentación del niño Jesús en el templo.

   El beato Guernico de Igny, en su primer sermón para la fiesta de la Purificación nos dice:

              Luz para iluminar a los gentiles

  ¿Quién, sosteniendo hoy entre sus manos un cirio encendido, no recuerda instantáneamente a aquel anciano que en este día recibió en sus brazos a Jesús, Verbo encarnado, luz de las naciones que brilla en el cirio y que dio testimonio de la luz que ilumina a los gentiles? El viejo Simeón era todo él una llama encendida que iluminaba, dando testimonio de la luz; él, que lleno del Espíritu Santo, recibió, oh Dios, tu misericordia en medio de tu templo y dio testimonio de que Jesús es la misericordia y la luz de tu pueblo.

  ¡Regocíjate, anciano justo, ve hoy lo que habías vislumbrado desde antiguo: las tinieblas del mundo se han disipado, las naciones caminan a la luz del Señor! Toda la tierra está llena de su gloria, de la luz que tú escondías en otro tiempo en tu corazón y que hoy ilumina tus ojos. Abraza, oh santo anciano, la sabiduría de Dios y que te rejuvenezca. Recibe en tu corazón la misericordia de Dios y que tu vejez conozca la dulzura de la misericordia. Descansará sobre mi pecho, dice la Escritura. Incluso cuando lo devuelva a su Madre, se quedará conmigo. Mi corazón se enbriagará de su misericordia y más aún, el corazón de su Madre. Doy gracias y alabo a Dios por ti, llena de gracia, tú has dado al mundo la misericordia que yo acojo; el cirio que tú preparaste lo tengo entre mis manos.

  Y vosotros, hermanos, ved el cirio arder entre las manos de Simeón, encended vuestros cirios con la luz del anciano. Entonces no solo llevaréis una luz en vuestras manos, sino que vosotros mismos seréis luz. Luz en vuestro corazón, luz en vuestras vidas, luz para vosotros, luz para vuestros hermanos. 

  Hoy quiero terminar no con una poesía sino con la “Oracióm del Santo Grial”, que nos invita a todos nosotros a una “ofrenda total” y reza así:

  “Señor Jesús,
Te doy mis manos para hacer tu trabajo,
Te doy mis pies para andar tu camino,
Te doy mis ojos para ver como tú ves,
Te doy mi lengua para hablar tus palabras,
Te doy mi mente para que tú puedas pensar en mí,
Te doy mi espíritu para que tú puedas orar en mí.
Sobre todo, te doy mi corazón
Para que tú puedas amar en mí a tu Padre y a toda la humanidad.
Te doy todo mi ser para que tú puedas crecer en mí.
De manera que seas tú Señor Jesús
Quien viva, trabaje y ore en mí.”

  j.v.c. 


Música

29 DE DICIEMBRE: SAGRADA FAMILIA

MODELO DE LA FAMILIA DE NAZARET

Ofrecemos la homilía que años atrás nos envió nuestro amigo Juan Vicente Catret SJ (QEPD)