Homilías
5 DE MAYO: DOMINGO TERCERO DE PASCUA
LOS RASGOS DE LA IGLESIA QUE JESÚS QUIERE
Este domingo de Pascua nos ofrece para nuestra meditación los rasgos de la Iglesia que Jesús quiere, a saber: predicar en su nombre, centrada en la EucaristÃa, siguiendo a Pedro, bajo el criterio de la cruz. Me explico.
estaban pescando toda la noche y no habían pescado nada, les dijo: “echad la red a la derecha de la barca y encontraréis”. La barca es la Iglesia, o sea nosotros, y si predicamos el Evangelio de Jesús por nuestras propias fuerzas, no conseguiremos nada; en cambio, si lo hacemos en el nombre de Jesús, él con su fuerza propia, producirá frutos.
con su pan y los peces, nos está sugeriendo, que la Eucaristía, la santa Misa
y la Comunión debe ser el centro de nuestra vida diaria.
Francisco. Debemos seguir sus enseñanzas a través de sus encíclicas, exhortaciones apostólicas, etc.
veces si le ama, y él humildemente y avergonzado porque Pedro había negado a Jesús tres veces, Jesús le encarga que cuide y pastoree a sus ovejas y corderitos, o sea a mayores y menores, y luego le dice: que cuando era joven iba a donde quería, pero cuando sea más viejo, extenderás las manos, y otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras”...o sea que le anuncia la muerte en cruz. La cruz debe ser el criterio de nuestras vidas, no la fama, el dinero, el placer...
El Papa San Juan Pablo II (1920-2005), Papa desde 1978 hasta su muerte, en una homilía dijo:
“Pedro conoció la fuerza de la palabra según la cual Otro le conduciría allí donde él no quería...Pedro no quiere jamás desprenderse de esta pregunta: ¿Me amas? Dondequiera que iba la llevaba consigo. Y la lleva a través de los siglos, a través de las generaciones...Ha habido muchos hombres y mujeres que han sabido y saben aún hoy que toda su vida tiene valor y sentido solamente en la medida en que es una respuesta a esta misma pregunta: ¿Me amas? Ellos han dado y dan su respuesta de manera total y perfecta –una respuesta heroica – o bien de manera común, ordinaria. Pero en todo caso saben que su vida, que la vida humana en general tiene valor y sentido en la medida en que es la respuesta a esta pregunta: ¿Me amas? Solo por esta pregunta la vida merece ser vivida.”
Termino con una poesía de Ernestina de Champourcin (1905-1999), poeta de Victoria (Álava) que se titula:
UN DÍA ME MIRASTE
Un día me miraste
como miraste a Pedro.
No te vieron mis ojos,
pero sentí que el cielo
bajaba hasta mis manos.
¿Qué lucha de silencios
libraron en la noche
tu amor y mi deseo?
Un día me miraste.
y todavía siento la huella de ese llanto
que me abrasó por dentro.
Aún voy por los caminos,
soñando aquel encuentro.
Un día me miraste
como miraste a Pedro.
j.v.c.
29 DE DICIEMBRE: SAGRADA FAMILIA
MODELO DE LA FAMILIA DE NAZARET
Ofrecemos la homilÃa que años atrás nos envió nuestro amigo Juan Vicente Catret SJ (QEPD)