Homilías
18 DE MARZO: DOMINGO QUINTO DE CUARESMA
EL GRANITO DE TRIGO†Y EL DESEO DE DIOS
Este domingo quinto de Cuaresma se centra en “el deseo de ver a Jesúsâ€, quien se presenta como “el granito de trigo que cae en la tierra, muere y luego produce mucho frutoâ€, con su resurrección.
En la primera lectura, Jeremías anuncia “la nueva Alianza”, que establecerá Jesús, diciendo que “meteré mi Ley en su pecho, la escribiré en su corazones: yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo”...A mí me recuerda aquella historia de que cuando el buen pastor volvió con la oveja perdida, los vecinos le dijeron: “cierra ese agujero que hay en la valla del aprisco, sino esa oveja u otra se escapará por él otra vez”...Pero el pastor respondió: “No el agujero seguirá abierto”...Quiere decir que el Buen Pastor quiere que las ovejas, o sea nosotros, prefieran estar con él, y que no nos importa nada que haya agujero o no, porque no saldremos del aprisco, estamos más a gusto junto al Buen Pastor.
En la segunda lectura de la carta a los Hebreos, se nos recuerda que Jesús se hizo hombre y en su vida mortal experimentó los dolores y angustias de su pasión, para redimirnos...
Y en el evangelio, un grupo de griegos que tenían deseo de ver a Jesús, le son presentados y Jesús les cuenta la única parábola del evangelio de San Juan, la del “granito de trigo”, refiriéndose a sí mismo: que muere y produce mucho fruto...de la pasión a la gloria. Y vuelve a repetirnos que su elevación en la cruz, nos atraerá a todos, para que desde arriba de la cruz, miremos abajo al mundo con compasión, con ganas de colaborar con Jesús para la salvación de todos.
El amor servicial de Jesús, es nuestro modelo. Y nuestro ideal el que alguien que nos vea diga: “esa persona es alguien que, cuando te encontrabas con ella, te provocaba el deseo de Dios”...
Pensemos un poco en esto, ¿Nos ha ocurrido alguna vez que hayamos provocado en alguien el deseo de Dios?...
El Papa Benedicto XVI, antes de ser Papa, en uno de los muchos libros que ha escrito, dijo: “Ser cristiano significa, en primer lugar, separase del egoísmo, que no vive más que para sí mismo, para entrar en una orientación profunda de la vida hacia los demás. En el fondo, todas las grandes imágenes de la Escritura traducen esta realidad: la imagen de la Pascua, la imagen del Éxodo, que empieza con Abrahán y que permanece como ley fundamental a lo largo de la historia sagrada. Todas ellas son expresión de este mismo movimiento fundamental que consite en desprenderse de una existencia replegada sobre sí misma.
El Señor anunció esta realidad de la manera más profunda en la ley del grano de trigo, que manifiesta, al mismo tiempo, que esta ley esencial no solo domina toda la historia, sino que marca desde el principio la creación entera con el sello de Dios. En su muerte y resurrección, Cristo cumplió la ley del grano de trigo. En la Eucaristía, en el pan de trigo se centuplicó verdaderamente el fruto que vivimos todavía y siempre. Mediante el misterio de la santa Eucaristía, donde permanece para siempre “aquel que es para nosotros”, nos invita a entrar día tras día en esta ley que no es más que la expresión de la esencia del amor auténtico: salir de uno mismo para servir al otro. El movimiento fundamental del cristianismo no es, en último término otra coa que el simple movimiento del amor por el que participamos en el amor creador del Dios mismo”.
Termino con una poesía del Carmelo de San José y Santa Teresa, de 2004:
SI EL GRANO DE TRIGO NO MUERE...
Es ya dorada la mies,
brillante de luces vivas,
mar ondulado de espigas
presos en tierra su pies.
Saben de días de sol
y de lluvias invernales,
en sí llevan las señales
marcadas bajo el crisol.
Muy antes de sonreír
saludando a las estrellas,
y para mirarse en ellas,
aprendieron a morir. pues, en su raíz primera,
Su tallo esbelto y gentil guarda, de su sementera,
a los vientos se cimbrea, que murió para vivir.
mas la espiga no alardea,
fijada en su origen vil. j.v.c.
Es convicción su sentir,
29 DE DICIEMBRE: SAGRADA FAMILIA
MODELO DE LA FAMILIA DE NAZARET
Ofrecemos la homilÃa que años atrás nos envió nuestro amigo Juan Vicente Catret SJ (QEPD)