Documento sin título

Homilías

4 DE OCTUBRE: DOMINGO 27 DURANTE EL AÑO

EL NIÑO ES EL FRUTO DEL AMOR por Juan Vicente Catret S.J. (Tokyo, 2015)

VILLANCICO DEL RIFADOR (Gerardo Diego) ¿Cuánto me dan por la estrella y la luna? ¿Cuánto me dan por el Niño y la cuna? Éste es un Niño sin padre ni abuelo, éste es un Niño nevado del cielo. ¿Cuánto me dan, que lo vendo barato, cuánto me dan, que lo doy sin contrato? Éste es el Niño que mamaba ahora. Ríe despierto y en durmiendo llora. Casi de balde la flor del mercado. ¿Cuánto me dan, que lo doy regalado? Éste es un Niño verano en invierno. Éste es un Niño que aniña lo eterno. ¿Cuánto me dan, que lo doy sin subasta? ¿Cuánto me dan por la fruta en canasta? Éste es el Niño que viene a dar guerra, viene a dar paz por amor de la tierra. ¿Cuánto me dan? Por moneda no quede. Una lágrima sola que tiemble y que ruede. Éste es el Niño de la rifa loca que todos la juegan y a todos les toca. ¿Cuánto me dan por la buena fortuna? ¿Cuánto me dan por el Niño y la luna?

    En el evangelio de hoy, Jesús empieza hablando sobre el matrimonio entre el hombre y la mujer, y acaba bendiciendo a los niños, que son el fruto de la unión matrimonial por amor de cada pareja. 

       

    Ya en la primera lectura del Génesis, se nos recuerda en narración simbólica la creación de animales que no llenan la soledad de Adán, el primer hombre. Y, como explica un rabino judío, al fallarle a Dios la primera creación de un varón, luego en una segunda tentativa, creó a la mujer, a la Eva de “la costilla de Adán”, es decir muy cerquita de su corazón, los dos muy unidos, y – añade el dicho rabino – esta vez la mujer le pareció a Dios más perfecta y bonita que el varón. Creo que es muy cierto...

  En la segunda lectura, en la carta a los Hebreos, se nos recuerda que Jesús el Hijo de Dios también fue hecho hombre, se encarnó de la Virgen María y aquel “al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, le vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte”... O sea, Jesús niño es también fruto del amor de Dios Padre, de Dios Uno y Trino.

  Y la cumbre se nos da en el evangelio. Jesús se opone a todo repudio y divorcio porque – dice – “Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.

Lección tan necesaria para recordar y practicar hoy día en que se dan tantos divorcios...

  Viene muy bien que luego le presenten a Jesús unos niños para que los bendiga. Y Jesús lo hace muy a gusto y dice: “Dejad que los niños se acerquen a mí, no se lo impidáis; de los que son como ellos es el Reino de Dios”.

  Resumiendo. Dios no nos quiere en soledad tristona. Por eso creó a la pareja humana: Adán y Eva (símbolos de la primera pareja). No basta con los animales, con los perritos y gatitos. Quiere la fidelidad que es la vuelta al primer plan de la creación, al primer canto de amor, que afecta a las personas en su vida social, psíquica y afectiva; en armonía, luz y unidad. Los que somos célibes, por ser religiosos o por lo que sea, también estamos llamados a ese “amor” de “ágape”, es decir que aunque no nos casemos, podemos y debemos llevar una vida de comunidad con otras personas, en amistad afectuosa, alegría compartida. No ir como dice el Papa Francisco “con caras de pepinillos en vinagre”... Y si me lo pedís, ¡venga un perro o gato también ayudarán!, pero prefiero a los seres humanos...

  Y el niño es el fruto del amor. Es además modelo de dependencia de sus padres, lo mismo que Jesús dependía siempre de su Padre Dios. El niño tiene capacidad de asombro, de apertura al don, a la acción de gracias, al sentido de la maravilla, no se ha acostumbrado a la vida...

  Pidamos conservar ese corazón de niño, ya que todos hemos nacido gracias a la unión de nuestro padre y madre, bendecidos fecundamente por Dios.

  Y concluyo con una muy bonita poesía de Navidad, pero también apropiada para hoy en elogio del “niño”, que es de Gerardo Diego (1952) y se titula:

   VILLANCICO DEL RIFADOR

   ¿Cuánto me dan por la estrella y la luna?

   ¿Cuánto me dan por el Niño y la cuna?

Éste es un Niño sin padre ni abuelo,

éste es un Niño nevado del cielo.

   ¿Cuánto me dan, que lo vendo barato,

    cuánto me dan, que lo doy sin contrato?

Éste es el Niño que mamaba ahora.

Ríe despierto y en durmiendo llora.

    Casi de balde la flor del mercado.

   ¿Cuánto me dan, que lo doy regalado?

Éste es un Niño verano en invierno.

Éste es un Niño que aniña lo eterno.

   ¿Cuánto me dan, que lo doy sin subasta?

   ¿Cuánto me dan por la fruta en canasta?

Éste es el Niño que viene a dar guerra,

viene a dar paz por amor de la tierra.

   ¿Cuánto me dan? Por moneda no quede.

    Una lágrima sola que tiemble y que ruede.

Éste es el Niño de la rifa loca

que todos la juegan y a todos les toca.

   ¿Cuánto me dan por la buena fortuna?

   ¿Cuánto me dan por el Niño y la luna?

 

j.v.c. 


En breve

COMUNIDAD VIRTUAL

Nuestro EQUIPO lo hemos integrado laicos y sacerdotes de distintos países y edades. Nos vincula la Fe, la Esperanza y el Amor. Unámonos en familia, cantando y compartiendo la Palabra de Dios.

LA FE y LOS HECHOS

Comentario a las lecturas bíblicas del 24° domingo del Año Litúrgico.

Hoy día vamos a ver dos realidades totalmente distintas y de diferente naturaleza, que sin embargo se encuentran tan estrechamente vinculadas que, si las separamos, pierden su sentido. Nos referimos a FE y OBRAS, mejor dicho, la FE y los HECHOS.